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Historia

En junio de 1919 una comisión promotora presidida por Juan Talavera, daba los primeros pasos para conseguir la creación de una asociación que defendiera los intereses de las empresas consignatarias de buques de nuestro puerto que, hasta aquel entonces, habían estado ligadas a una asociación que compartía los citados intereses con los de los navieros barceloneses.

Entre las metas de la recién constituida Asociación destaca la voluntad de crear una federación a nivel nacional, como lo demuestra el que, sólo un año después, se redactan y aprueban los Estatutos correspondientes.

La Asociación se enfrentó con una importante polémica sobre los derechos de despacho de buques, ya que en esta época, los entonces Corredores Intérpretes Marítimos, denunciaban el que dicha prerrogativa era suya. El conflicto finalizó con una resolución favorable a los consignatarios a nivel judicial.

La agilización del tráfico, de la documentación y de los sistemas burocráticos, fue también otro de los problemas que preocuparon a la Asociación en los años 20, que exigía de entrada una reforma de las ordenanzas de aduanas vigentes en aquel entonces. Los trabajos asociativos fructifican en 1926 con la constitución de una Federación de Consignatarios en la que participan las asociaciones de los puertos de Barcelona, Bilbao y Valencia.

Posteriormente, la Asociación trabajó activamente hasta conseguir que la Cámara Oficial de Comercio, fuera denominada también de Navegación. A finales de los años 20, la Asociación se vio también afectada por los periodos de gran conflictividad portuaria, hasta que el 19 de julio de 1936, recién iniciada la Guerra Civil, fue asaltada la sede social de la asociación y asesinados algunos de sus asociados.

En el cementerio municipal de Sant Fost de Campsentelles se encuentra la tumba cedida a perpetuidad por su Ayuntamiento. Desafortunadamente, durante aquel periodo, gran parte de la documentación se perdió debido a la expoliación sufrida, por lo que escasean datos más extensos.

Finalizada la Guerra Civil y debido a la prohibición de las asociaciones, el sector se organizó bajo denominaciones tales como Gremio de Consignatarios de Barcelona, Servicios Sindicales Portuarios y no es pues hasta 1977, con la entrada en vigor de la nueva Ley de Asociaciones que se recupera la antigua denominación bajo la presidencia de Jaime Oliver, quien había sido responsable de la Asesoría de Consignatarios desde 1972.

A partir de entonces el sector vuelve a desarrollar su labor asociativa con la novedad de que, al modernizarse la operatividad portuaria y crearse empresas estibadoras con entidad propia, nace de la misma la Asociación de Empresas Estibadoras Portuarias de Barcelona.